Mucho voy a extrañar este año no poder hacer mi Guagua De Pan que por lo general es un caballito 🙂 que todos los años lo hacemos en familia, la mitad en Miami y la otra en Quito.

Es que desde hace muchos muchos años nuestra familia, al igual que la mayoría en el Ecuador, acostumbramos a reunirnos en finados que es el día de los difuntos, no solo para compartir, sino para disfrutar de la ‘confección’ de las famosas guaguas de pan acompañadas de la inigualable Colada Morada.

En esta ocasión lo haremos ‘virtualmente’ gracias a la colaboración de mi hermana Lupita (Rosa Almeida), quien juntamente con su familia, aportaron a este artículo.

Lo que representa la guagua de pan

Cuando era pequeño esperaba con cierta ansiedad la llegada de las fiestas de noviembre, incluyendo el día de visitar los cementerios.

Es que estas fechas yo las relacionaba con las reuniones familiares para elaborar la colada morada con guaguas de pan y a la vez significaba que no voy a ir a la escuela 🙂

Pero lo principal era, y sigue siendo, que podemos elaborar nuestro propio muñeco que representa una guagua, término quechua que significa niño o niña pequeña.

Lo que trataba de representar era a un animal que me lleve lo más lejos con la seguridad que solo un equino lo podía hacer y además competir con las ‘muñecas’ que eran las que dominaban la mesa donde confeccionamos nuestras creaciones.

Una fiesta familiar

Lo bueno de la ‘competencia’ todavía se mantiene vigente en la cultura ecuatoriana dentro y fuera

del país como la fiesta familiar donde los más pequeños son los que disfrutan más.   

Las damas eran, las que hoy somos todos en general, las encargadas de reunir todos los ingredientes para amasar, leudar y repartir la masa a cada uno de la concurrencia y empezar la faena de la creación de las figuras menos imaginables y más curiosas.

Una vez que hemos creado nuestras ‘obras de arte’ las famosas guaguas están listas para entrar al horno y poner en tensión a los artistas que esperan impacientes que su ‘escultura’ sea cocida y luego enseñar con orgullo el resultado final.

Todos disfrutamos del acontecimiento porque todos somos los vencedores de esta oculta competencia donde el ganador es el amor y la convivencia con los seres queridos.

Lo que se necesita 

Primero que nada tengo que tener lista la batidora y el horno antes de reunir todos los ingredientes indispensables para esta elaboración que son los siguientes:

• 1 ½ libra de Harina

• 1     cucharada de polvo de hornear

• 1     onza de Levadura

• 12   onzas de mantequilla

• 1     taza de Leche

• 2     cucharaditas de Azúcar

• 1 ½ cucharada de Sal

• 4     Huevos

• 1     frasco de Mermelada al gusto o dulce de zambo para el relleno

Forma fácil de preparar

1. En la leche tibia disolver bien la levadura agregando la sal y el azúcar para luego agregar la mantequilla derretida

2. Mezclar en la batidora KitchenAid Artisan el polvo de hornear con la mitad de la harina y los huevos, luego añadir el resto de la harina y batir hasta que la masa se ponga suave

3. Poner la masa en un sitio abrigado tapada con un mantel o toalla hasta que se doble en tamaño, mas o menos una ½ hora

4. Amasar nuevamente de forma manual (sin usar la batidora) hasta que este manejable y no se pegue en las manos, se puede comprobar partiendo con un cuchillo

Un consejo: golpear la masa fuertemente sobre la mesa para conseguir una mejor fusión y reservar una pequeña porción para teñirla de diferentes colores

1. Dividir en pedazos de diferentes tamaños o al gusto para que cada ‘artista’ pueda moldear la figura diseñada previamente y con planos 🙂

2. Precalentar el horno a 350 (180 ºC)

3. Una vez listas las bandejas con los personajes invitados, ingresar al horno por alrededor de 25 minutos

4. Decorar las muñecas con toda la habilidad de artistas usando la misma masa coloreada o mezclando el azúcar impalpable con huevo y un poco de agua y colores comestibles

Una verdadera fiesta

Lo más importante de la preparación de este alimento cultural, muy común en el norte de América del Sur desde Colombia hasta Perú pasando por Ecuador y Bolivia, no son los ingredientes ni la forma de usarlos, sino la fiesta que lo rodea.

Todos esperamos con cierta ansiedad el día de los difuntos no sólo para visitar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros sino para encontrarnos con los que existimos.

Recuerdo que la masa para el pan y la colada morada debían estar listas antes de ir al cementerio y regresar con una dulce desesperación para trabajar sobre nuestra porción y hacer la ‘obra de arte’ preferida.

Los muñecos eran el reflejo de si eres niña o niño, las niñas se concentran haciendo guaguas femeninas mientras que los varones preferíamos soldaditos o animales.

Hora del descontento

Una vez que saboreamos nuestro propio trabajo acompañado de una buena colada morada viene la tarea de limpieza que no puede ser exclusiva de la dueña de la cocina sino un trabajo colectivo.

Para poder llevar a casa ‘la dote’ correspondiente se debe asegurar que todo regrese a su estado original ya que la faena deja desorganización por todo lado.

La verdad es que la fiesta se acaba cuando llevamos a casa el trofeo de nuestra acción valerosa de haber competido sanamente con el resto de los asistentes que hoy los veremos por televisión.

Este año va a ser diferente ya que cada familia “bailará con su propio pañuelo” como decimos en el Ecuador cuando no cuentas con ninguna ayuda para cualquier tarea.

Infaltable valiosa ayuda

Lo que sí puedes es tener la ayuda necesaria de un buen asistente de cocina para poder obtener una buena dote de las, comúnmente conocidas como guaguas de finados.

Si bien es cierto que un buen asistente es la batidora KitchenAid Artisan, no es menos cierto que los mejores son los pequeñitos de la familia que son los creadores y obreros de estas piezas valiosas de una cultura que haremos el esfuerzo de que no desaparezca.

Y si no quieres esforzarte en la entrelazada de los ingredientes te recomiendo la mejor batidora que yo la adquirí en Amazon hace algún tiempo siendo una de las buenas inversiones.

Estoy seguro que tus valiosos ayudantes te van a agradecer y van a disfrutar de estas y otras reuniones familiares en la cocina.

Buen provecho