Pastelillos de Guayaba Puertorriqueños

En los pocos meses que viví en la ciudad de Nueva York tuve la suerte de probar los Pastelillos de Guayaba Puertorriqueños de mi vecina Ada Gonzalez, una especialista en postres boricuas.

Si bien son unos panes dulces que se pueden comer en cualquier tiempo del año, la costumbre de los oriundos de la isla de Puerto Rico es servirlos en la cena de navidad, especialmente para los chiquitines de la familia que adoran la guayaba dentro de los hojaldres.

Una verdadera delicia digna de estar en cualquier mesa en cualquier época del año; así que, no necesito esperar diciembre para saborear estos deliciosos pastelitos.

¿Cómo los puedo definir?

Muy parecido al danes de manzana, Ada me enseño que se puede alternar con guayaba considerada una de las frutas con más alto contenido de vitaminas y minerales además de su sabor muy agradable.

La combinación perfecta con los hojaldres hace de este delicioso pastelito un perfecto compañero de un buen café, no solo por la mañana, sino usualmente por la tarde.

Además el toque del baño de azúcar en polvo sobre el lomo de mi pastelillo hace que me deleite la vista antes de darle a mi paladar una verdadera explosion de buen gusto y recreación.

Un antojito para todos

Ideal para los golosos como yo y de todas las edades, no solo por su delicioso sabor sino también por su valor nutricional. No en vano es el antojito principal de las fiestas de navidad.

El relleno de guayaba de estos pastelitos les convierten en alimentos de gran calidad nutritiva ya que la fruta tiene un alto contenido de vitamina C, ácido fólico y potasio y en menor cantidad de vitaminas A y B.

Mayor razón para que este pastelito deba estar en la dieta de todos los que tenemos un alto nivel de colesterol o que somos muy lábiles de coger una gripe por la nada o en el intenso frío de invierno.

Ingredientes del hojaldre

Como yo prepare el mismo día que les puse al horno, tuve que utilizar 2 libras de harina de media fuerza con 9% de proteínas, 1.7 libras de mantequilla, menos de medio litro de agua (0.45 l) más 9 gramos de sal, una cuchara sopera de leche, ½ porción de vino blanco y 1 huevo.

En el caso de necesitar preparar la masa para hornear al siguiente día, tengo que usar harina de gran fuerza que tenga 11% de proteínas con un par de gotas de concentrado de limón.

Recuerden mis queridas amigas y amigos que el hojaldre en láminas listas para preparar mis pastelitos se puede conseguir en algunos supermercados y vienen en caja de hojas congeladas.

Pasta de guayaba desde cero

Existen en el mercado pastas de frutas como mi invitada que son de buena calidad y muy renombradas en en algunas regiones donde hay población hispana y yo tengo mi preferida.

Pero si fuera el caso de que no tengo la posibilidad de adquirir en ningún mercado o si prefiero usar mi propia pasta (como en esta ocasión) la puedo preparar a mi manera y que me sale deliciosa.

Para esto cuento con un poquito más de dos libras de guayaba (conocida como guava por la traducción al inglés), una taza y media de agua y cuatro tazas de azúcar.

Aunque la panela (piloncillo o raspadura) es ideal para este tipo de manjares, en esta vez deje de usarla porque quería obtener un color vino (casi rojizo) y no obscuro por la falta de refinamiento.

Preparación de mi hojaldre

Existen muchas técnicas que pueden usarse tanto para obtener la masa cuanto para la forma de doblar y todo va a depender fundamentalmente del tipo de harina, así como, si voy a hornear el mismo día o en un futuro muy cercano.

Al igual que para hacer postres fáciles, tuve que usar mi batidora KitchenAid Artisan donde añadí todos los ingredientes menos la harina tamizada. Una vez que todo estuvo bien mezclado puse de una sola mi harina que ya estaba lista pasada por el colador.

Una vez que la masa se desprendió de las paredes del recipiente le formé un par de porciones y antes de dejarlas descansar por unos 30 minutos le mezcle un poco con las manos y le hice dos cortes en forma del signo +.

La forma sencilla de conseguir la pasta

La vía para conseguir una pasta de guayaba deliciosa es muy simple y no me toma mucho tiempo a no ser por la espera a que se enfríe un poquito antes del batido.

Pero en fin, pongo a hervir por 15 a 20 minutos a mis frutas bien lavadas en agua fría (de ser posible helada) luego de haberlas partido en la mitad y sacado las semillas.

Para asegurarme de que sea lo más pura mi pasta, es preferible cernir (colar, tamizar) con toda el agua para no permitir que pase ni la corteza ni tampoco una posible semilla perdida en el espacio 🙂

Al final le añado el azúcar y las llevo al fuego hasta conseguir un punto de cocción y consistencia deseada que van a ser alrededor de 1 ½ hora.

La combinación Final

Cortamos el hojaldre en pedazos de 16 cm por 8 cm (3” x 6” aproximadamente) para colocar unos trozos de mi deliciosa pasta de guayaba en uno de los extremos de cada pieza de hojaldre que me permite doblarla presionando un poquito para no dañar la pasta.

Usamos una fuente cubierta de papel pergamino para hornear y colocamos nuestros pastelillos separados convenientemente para que no logren unirse luego de hornearlos.

Colocamos la o las fuentes en el horno precalentado a 200 °C (400 °F) y las dejamos hornear por alrededor de 20 minutos o hasta que se logre un color dorado al gusto.

La razón de mi éxito

La preparación del hojaldre no es una cosa del otro mundo pero para asegurar mi éxito tengo que estar seguro que la masa se logre enlazar uniformemente con el resto de los ingredientes.

Una de las formas de conseguir este matrimonio perfecto es usando mi batidora KitchenAid Artisan que la conseguí en Amazon en el siguiente enlace.

A mi me funcionó de las mil maravillas y espero que suceda lo mismo contigo y que disfrutes de tus pastelillos de guayaba hechos en casa con amor para la familia.